Una semana

Hoy es un día feliz, este blog ya tiene una semana. Y para celebrarlo os dejo con uno de mis mejores realtos. Es un poco sádico pero espero que os guste. Mañana hablaré más que otedre exámenes T_T. Eta historia comenzó cuando el prof e lngua em mandó en priemro escrbir una historia siguiendo elstilo del lazarillo de Tormes. Y la verdad es que me gusta mucho como quedó. ¡Hasta mañana!

EL POR QUÉ DEL ASESINO

Me dirijo a usted señor de bien, que ahora mismo estará en su escritorio leyendo esto. Me pidió que le contara porqué estaba en esa choza a las afueras de Valencia. Déjeme que le cuente una pequeña parte de mi deshonrosa vida para que su cerebrito lo entienda. Nací en un pueblo pequeño cercano a Valencia. Mis padres eran muy pobres, pero lucharon para sacarme adelante, pero eso poco importa en este escrito. Al acabar mis estudios entré en el ejército. Tarde bien poco en convertirme en una persona útil para los mandatarios de allí, tenientes y demás. Destacaba tanto con los fusiles que me hicieron francotirador. Tenía ya suficiente dinero como para comprarme una casa a las afueras de Valencia, que era donde estaba destinado. En mis andadas por la noche conocí a la persona más bella que hubiera hombre que pudiera conocer. Se llamaba Daniela. Sus ojos eran verdes, como el musgo que crece en los caminos de los pueblos rurales, su piel era morena y tan bonita que ni el sol se atrevía a dañar, sus labios finos. Por decirlo sin rodeos era mi Diosa, su pelo suave me atraía como imán que atrae a los metales. Desgraciadamente no la conocía de nada. Pero hice una treta para que nos conociéramos. Un amigo mío se ofreció a pasar por médico, entonces yo fingí un desmayo y ella, muy ilusa, acudió. Entonces mi amigo me llevó como si fuera una emergencia. Daniela se enteró que era del ejercito fue a buscarme para saber qué había pasado. Yo le dije que me desmaye al ver tanta belleza. Ella comprendiendo la treta rió con ganas. A partir de ahí empezamos a salir como amigos, hasta que empezamos a salir como algo más. Tan bien fue nuestra relación que nos casamos. Nos establecimos en mi casa para vivir. Cuando pienso en ella pienso que lo que hice no fue en vano. Pero prosigamos en esta triste historia, acomódese en su asiento señor, creo que se va arrepentir de haber venido a la choza por orden del ministerio sólo para preguntarme que hacia allí. Después de casarme con la bella Daniela, un año y medio, más o menos tuvimos un hijo. Creo que ese fue el origen del todo. Educamos a nuestro hijo lo mejor que pudimos. Yo por desgracia, no podía ocuparme de él. Pasó otro año eterno más y llevé a mi hijo de tan solo un año a la feria. Me dijo algo de Rafael, no le escuché bien. Cuando volví a mi casa la puerta estaba abierta, mi mujer estaba tan solo en bata lo cual me extraño. Tuve que volver al ejército ese mismo día por un aviso de seguridad. Volví pero solo fue una falsa alarma. Tuve que pasar la noche allí. Ya en la cama pensé sobre lo que me había dicho mi hijo, Rafael. Me di cuenta de algo, existía tan solo una mínima posibilidad, pero aun así lo pensé. Mi mejor amigo el que me ayudó a conocer a Daniela se llamaba Rafa, por otro lado el también tenía el día libre y además fue él el que me aconsejó llevar a mi hijo a la feria. Y mi mujer estaba apurada cuando llegué u en bata a pesar de que eran sólo las seis.


Entonces lo comprendí, cogí mi estimado fusil y lo metí en el maletero de mi coche.



Salí de la base directo al edificio contrario de la casa de mi amigo Rafa. Entré al edificio haciéndome pasar por guardia y subí al tejado. Puse mi rifle en el borde del edificio y miré con el objetivo de este. Allí estaba mi amigo rafa hablando con mi mujer. Y parecían más que amigos. No lo dudé puse balas en el fusil apunté a la cabeza de mi amigo y disparé. Lo hice por que no iba a permitir que un pagano hiciera un sacrilegio a mi Diosa. Pero mi Diosa sintió pena por el pagano y se puso en medio. Daniela fue atravesada por la bala que le dio en la cabeza, pero su acto fue inútil, por la bala también atravesó a mi amigo. Mi rifle disparaba las balas a mucha velocidad. Los dos amantes quedaron el uno tirado sobre el otro. Yo estaba lleno de dolor por haber matado a lo más querido de mi vida. Rafa tenía toda la culpa, desde luego. No lo dudé y salí corriendo del edificio, cogí el coche y escapé, escapé sin dudarlo. Sin sentir remordimientos por el acto, me habían hecho daño y se lo merecían. Recorrí toda Valencia hasta llegar a las afueras donde encontré una casucha. Para evitar algún problema, tiré el coche al fondo de un barranco. Y ese es el motivo por el que estoy en esta chabola o como usted quiera llamarlo. No venga ya que no voy a estar, no pienso rendirme ante esos policías jamás.
Me despido de usted señor respetable que está sentado en el sillón de su escritorio.

P.D. ¿Le he dicho que soy esquizofrénico?